Puedo decir que no he pasado mucho tiempo en Consolacion del Sur en las ultimas décadas. Dos veces recuerdo haber pasado por el pueblo en camino a Viñales. Algo curioso porque Consolacion forma gran parte de mi niñez. Mi familia por parte de madre es de Consolacion. Allí vivieron mis bisabuelos, se convirtió mi abuelo y su esposa, y criaron a sus hijos en un hogar cristiano. Fue donde mis padres se conocieron, se casaron y tuvieron sus primeros cuatro hijos.
Se mudaron a La Habana un año antes que yo nacer pero mi certificado de nacimiento fue inscrito como nacida en Consolacion. Así que puedo decir que Consolacion es mi pueblo.
Mis recuerdos de Consolacion están formados en gran mayoría por las muchas historias que oi toda mi vida de la vida de mi familia en Consolacion. Pero recuerdo en mi niñez pasar semanas en Consolacion en la casa de mis bisabuelos y en la casa que mis padres mantenían ahi. Recuerdo caminar por el campo, visitar la arrocera y las nuevas bicicletas que mi padre nos compro a mi hermano Milton y a mi un verano cuando estábamos de visita.
En este viaje ministerial pasamos tres dias volviendo a conocer Consolación
El templo de la iglesia de Consolacion es como un monumento conmemorativo de lo que Dios ha hecho por mi. Como la piedra conmemorativa que Jacob erigió en el desierto en adoración a Dios (Gen 28: 22) o el monumento conmemorativo en el rio Jordan cuando los israelitas entraron en la tierra prometida, el templo en Consolacion representa la bondad de Dios para mi familia y para mi. Pero mas agradecida estoy a Dios por su iglesia que ahi permanece como luz al pueblo de Consolación de Sur..